miércoles, 10 de octubre de 2012

Trencitas


El doctor, en bata violeta, termina de enjuagarse la boca, guarda el cepillo de dientes y camina hacia la cama, donde la esposa lee un libro en camisón.
- ¿Y qué te pareció el novio de la nena gorda?
La señora asoma los ojos por sobre los lentes, comienza a ejecutar el movimiento de cerrar el libro y apoyarlo en la mesita de luz. Sonríe.
- Un amor me pareció el chico la verdad... ¿a vos gordo?
El doctor frunce el ceño. Sabe algo, o dedujo algo, que su señora no es capaz de deducir, entonces se siente superior, se siente en el deber de enseñarle a ver un poquito más allá de las cosas. Le pasa bastante seguido, y es uno de los aspectos que su señora más odia de él.
- Y... la verdad me pareció un complaciente, un tibio, uno de esos boluditos que quieren quedar bien con dios y con el diablo.
Esto toma absolutamente por sorpresa a la señora, que pensaba que el chico le había caído bien a su marido. Esta sorpresa la asusta un poco, y también la pone de mal humor. La saca de la comodidad.
- Eh, pará, se te está yendo un poco la mano no me parece para tanto.
- ¡Pero sí! A todos nos tenía un speech para comprarnos, dejate de joder, ahora resulta que justo encaja con cada uno de los miembros de la familia con algún interés en común... Esta fue tu hija que lo puso sobre aviso.
La señora toma esto como una agresión personal hacia ella. Si bien eso es exactamente lo que es, una agresión, lo peor que podría hacer es enojarse. Picó, cayó en la trampa.
- ¿Tu hija? ¿Porqué no te vas un poquito a la mierda? Por empezar, fue tu vieja la que salió con los tapones de punta, pobre pibe, como no se iba a poner a la defensiva.
Golpe por golpe, palo por palo dirían en el boxeo.
- ¿Qué decís? ¿Te das cuenta que te encanta hablar boludeces?
- ¿Qué ...
- ¡DEJAME HABLAR! - Alza la voz el marido, ya indisimulablemente encabronado - La que empezaste fuiste vos diciendo "Al fin te conocemos", con esa voz de conchuda que te sale tan bien.
- ¡Mentira! ¡Dejá de inventar!
La cara del tipo ante la palabra mentira es la de un jugador fingiendo una falta en un partido de futbol, "mirá si serás buena actriz" pareciera querer decir con su cara. Ese "mentira" le duele en el alma, la hace odiarla...
- ¿Mentira?
- ¡Sí, mentira!
- Bueno, no se puede hablar con vos evidentemente... es al pedo.
Ya no puede pensar con claridad, no puede contestar porque ni siquiera puede recordar qué era lo que estaban discutiendo.
- Terminala....
- ¡Terminala vos querés!

Se quedan en silencio... Una discusión espontánea ha surgido en el universo.
Mientras tanto, en la pieza de al lado, los jóvenes chapa quete chapa...