jueves, 20 de septiembre de 2012

La vida de los bolsillos


"Nosotros, los bolsillos, tenemos vida. Sí.
Somos pocos entre nosotros los que podemos sacar nuestra vida para afuera, unos pocos afortunados. ¿No le jode que le cuente no? Es que son tan pocas las oportunidades en las que salimos para afuera que queremos contar todo. Queremos hablar y hablar, como querrían hablar los árboles si les pusieran una voz...
Si salimos para afuera lo más probable que haya sido dentro del lavarropa, y apenas se dan cuenta nos meten para adentro de nuevo. ¡Qué lindo es ver la luz de vez en cuando!
La vida normal de un bolsillo transcurre en la penumbra, está vacío, lo único que nos dejan dentro la mayoría de las veces es mugre. Algún boletito arrugado, una moneda de cinco centavos, cositas así.
Se rompe la rutina en nuestra vida cuando nos entra algo, esas son nuestras anécdotas, pero tan tristes pasamos nuestros días que estamos demasiado lejos de otros bolsillos como para andar entablando charla.
Todos los bolsillos tenemos nuestro gemelo del otro lado del pantalón, pero somos gemelos opuestos, no nos llevamos bien. Los contados bolsillos con los que hablé me dijeron algo parecido. No quiero ni perder el tiempo hablando de ese otro bolsillo, lo poco que sé de él no me enorgullece, prefiero que esas cosas queden en la familia.
Importantísimo: los bolsillos somos hembras. No sé a quién se le ocurrió el nombre bolsillo, pero hubiera estado mejor que nos llamen bolsillas, hasta tiene más punch diría yo.
Tenemos sexo con manos humanas, y no quiero sonar ramera, pero fuimos hechas para eso, es nuestra misión en la sociedad. ¿Suena un poco violento incluso, no? Jódansé caretas. Nuestra vida es silencio y penumbra hasta que nos entra una mano, entonces nos vuelve la vida. Le rezamos a los santos para que una mano nos penetre, así de putitas somos. Cuando se abre el placard nos ponemos todas como locas, y nos morimos de envidia cuando eligen otro pantalón, sabemos que las dos bolsillas de ese pantalón ese día cojen.
¿Cómo? ¿Que ahora te va a dar cosita guardar cosas en un bolsillo? Bancatelá. Guardá cosas, alegrá un bolsillo. Hacé que te olvidaste algo, entrá al placard con todo y manoseá el bolsillo que se te cruce. ¿Lo hiciste toda tu vida porqué no lo vas a hacer ahora?

¿Y cómo me pasó esto? De pronto, de la nada, siento que viene una fuerza por detrás que me da vuelta, que me da vuelta literalmente y donde había oscuridad ahora hay luz, donde había silencio ahora hay sonidos y me largo a hablar, no puedo parar de hablar. Hasta tengo como una boquita que se me mueve cuando hablo.
Tengo tanto para decir que no sé ni por dónde empezar. Está buenísimo esto.
Que se salgan todos los bolsillos para afuera, eso me gustaría, que todos puedan conocer esto que estoy conociendo ahora, que todos tengan voz. Qué lindo que sería.
¿Qué? ¿Que me sacaron para afuera para vender una línea de créditos? ¿Y con todo esto que tengo para contar, con estas ganas de hablar y hablar y hablar qué hago?
¿Que Graciela quién? ¿Fábrica de turbantes me dijiste? No tengo la más puta idea de lo que me estás hablando, no voy a decir eso.
Olvidate, este bolsillo no se vende, buscate otro. ¿Que me metés para adentro de nuevo? Meteme, no me importa.
Sí... vos también... que te garúe finito..."



No hay comentarios:

Publicar un comentario