viernes, 27 de julio de 2012

Gracias Mister Musculo



El sol de la tarde se colaba por las vidrieras e impactaba sobre las mesas de fórmica. Barrio de Almagro. Los mozos bostezaban ya sobre el final de su turno. Pronto llegarían los relevos del turno de la noche.
El fornido musculoso con calza enteriza color naranja ocupó su lugar en la mesa de los tacheros. De vez en cuando se juntaba con ellos, porque es del barrio, y porque los conocía de otros tiempos. Cuando se fue todo al carajo en el 2001 estuvo primero manejando un remís en el oeste del conurbano, y más tarde haciendo el turno noche en un taxi.
- ¿Cómo andás Mister? - Le dijo uno, el más amigo.
- La verdad que cansado. - Contestó, y se dejó caer pesadamente en la silla. Rebufó e hizo un gesto de café a la barra.
- ¿Mucho laburo?
- Sí, muchísimo. Más que nada estoy cansado de tener que atender boludeces... El laburo es laburo y no hay que quejarse, pero tanta boludez satura. Soy un Super Scientist ¿Entendés? Me tuve que pelar bien el orto para que me den ese título.
- Pero esperá hermano. ¿Qué pasó tan grave?
Sus conocidos fueron testigo del sacrificio y del derecho de piso que tuvo que pagar para alcanzar su posición actual.
- Nah, Nah, Increíble lo de hoy. Me invoca una mina. Y ya empezamos mal cuando veo que invita a la amiga para andar presumiéndole la cocina nueva... Bicha la mina. - Y mientras decía bicha se toca el pómulo con el índice y lo tira para abajo, como queriendo decir "ojo, dándome cuenta de lo que pasaba".
- Ajá
- Y la amiga sonriente, dorándole la píldora. Pero me salta al toque la ficha, se ve que son esas típicas amistades que de amistades no tienen un carajo, donde están todo el tiempo haciendo alarde de las cosas materiales que el otro tiene, mientras el odio crece en secreto. Ya eso me puso mal, de entrada. - Saca una caja de cigarrillos del delantal y le pide fuego al tachero que tiene al lado. Chupa la primer pitada con todo, mirando al infinito. Buscando una paz que no va a encontrar en el cigarrillo.
- ¿Y qué hiciste?
- Esperá, esperá que no termina ahí. Lo mismo de siempre: limpian con CIF y después te llaman. Pero este CIF que consigió la mina era una sucursal del volcán Epuyen - el tachero esboza una sonrisa -, lo compró en balde la turra. Tenía los muebles de cocina revestidos color madera pero de tanto CIF que le metió estaban blancos. ¿Viste alguna vez un invento más patético para llamarme? Decí que al toque me llamó otra mina que tenía empastado los bujes porque si me quedaba ahí cinco minutos más las cagaba a piñas a las dos.
- ¿Y escuchame, no podés hacer nada? En la empresa digo...
- Y no viejo, el turro de Jonhson me la tiene jurada, me tiene medio agarrado de las bolas. Por ahora me la tengo que comer doblada. Pero en cuanto junte unos mangos y me pueda comprar un departamentito en Villa Crespo no me ven más la cara, me pongo de sereno en un edificio, algo más tranqui.
El mozo le dejó el café en la mesa y se lo cobró en el momento, como siempre hacía. El heroe lo tomó de un sorbo y apoyó la taza con fuerza, con la resignación del que la vive luchando.
- Bueno, paciencia Mister.
- Sí, ya sé... Disculpame que dé tanta lata. ¿Cómo anda tu señora? ¿Todo bien?
- Sí sí, todo bien, todo tranquilo.
Un recuadro se abrió de la nada, como un llamado desde un universo paralelo. "¡Ayuda Mister Músculo!".
- La concha de su madre - dijo el musculoso, mientras ya se calzaba el delantal a la carrera.
- Mandale un saludo a la patrona, cuidate ¿Dale? ¿El tacho labura?
- Dale dale, vos también. Un abrazo grande... Y sí, algo tira, como siempre.
- Chau, nos vemos querido.
- Nos vemos. Un día de estos me paso.


2 comentarios:

  1. El super científico te lustra el buje a la carrera. Te lo deja impecable.

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  2. Fijate bien la consistencia del gel, está creado para lustrar bujes este producto...

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