martes, 14 de agosto de 2012

Es un ángel


Me voy amor.
Te pido perdón pero tengo que escribirte esta carta para aclararte todo. Quizás sea cobarde, no te culpo si sentís eso, pero siento que no podría decirte en persona todo lo que tengo para decirte, la conversación se iría por las ramas, se volvería una pelea sin sentido. Es mejor que sea así, por carta.
Si hablamos pelearíamos. Y tengo la decisión tomada amor. Estoy cansado, muy cansado de todo. Siento que mi vida es una farsa, que es todo una comedia en la cual las demás personas viven una vida y yo actúo haciendo como que viviera una vida parecida, pero en realidad crecen en mí unas ganas irrefrenables de mandar todo a la mierda. Como estoy haciendo ahora.
Esto es algo que está creciendo en mí desde hace mucho tiempo, no te creas que es una decisión apresurada, un impulso, llevo años metido en esa oficina jugando el juego de las intrigas pelotudas, los complots sin sentido, los cuchicheos por las espaldas. Las sonrisas falsas. La falsa diversión. La cerveza sin alcohol. Los cursitos de liderazgo que son una pantalla de mezquindad, porque todos viven planeando cómo serrucharse el piso.
La falsedad de las amistades de oficina. ¿Sabés lo que es vivir todos los días con eso? A Ramirez y a Basualdo les metería dos balazos, dos a cada uno. Me río de vez en cuando con ellos, pero no los soporto, no son como yo. Yo quiero otra vida para mí. Conformarme con Ramirez y Basualdo es morirme cada día un poco más.
No es que no te quiera amor, entendeme. Yo te quiero, pero nuestra relación me enferma de a poco, también me está matando seguir así con vos. Vivo para ese laburo, vos lo sabés, y es un laburo que no soporto. Y por cómo se plantearon las cosas desde el principio en nuestro noviazgo está claro que yo voy a ser el que traiga la plata a casa y vos la que vivas internada chusmeando en esa peluquería de mierda a la que vas tres veces por semana. Sos una mina buena, pero en esa peluquería vivís presumiendo, como viven presumiendo todas las minas que van ahí. Y en el barrio hacés lo mismo. O por lo menos lo hacés cuando estoy yo con vos, así que supongo que lo harás cuando yo no estoy también. Y para seguir con la mecánica de nuestra relación en la cual yo proveo, voy a tener que seguir laburando. Y para mantener el tren de vida que llevamos, voy a tener que seguir en ese laburo porque en otro no me van a pagar lo que ahí me pagan. Pero a mi ya no me interesa esa guita si me voy a morir. Ahí adentro me voy a morir.
Y sos una buena mina, te lo repito, pero la vida diaria te está volviendo un poco patética. Sentarse a que el peinado se te enrulezca mientras hablás de qué buena que es tu vida, cuando lo único que hacés con ella es esperar que el pelo te quede lindo, es tirar la vida a la basura amor. Yo no quiero eso. Vos por ahí querés eso y no te juzgo, te juro que no te juzgo, solo que yo así no puedo vivir más.
Te escribo esta carta en vez de desaparecer simplemente para intentar de hacerte entender los porqués, y además para que no te asustes, para que no me anden buscando con la policía o algo así.
Me voy, no me busques.
Quedate tranquila que ya le mandé una carta a mis viejos, así no tenés que ser vos la que les explique. Iba a mandar una carta al trabajo pero la única carta que me hubiese salido es una carta bomba, no quiero tener nada más que ver con esa gente.
Espero que sepas entender. Quiero que sepas que te quise mucho, que de mi vieja vida fuiste lo mejor. Espero que te enojes, pero que después me entiendas, que puedas seguir adelante. No tengo la menor idea de si todo esto te parecerá lógico, si te lo veías venir o si te toma por sorpresa.
Supongo que me tendré que quedar con la duda. Yo estoy contento de poder hacer esto.
Un beso.
Carlos.







No hay comentarios:

Publicar un comentario