martes, 28 de agosto de 2012

Igualismo


Tensión en el ambiente, hasta los que están acostumbrados a estar en un set de televisión, igualmente sienten un poco de nervios en el momento de salir al aire. Todo el mundo está esperando que eso suceda, que el programa se eche a andar, todas las luces apuntan al centro del estudio, tiene que haber una cierta sincronización. Debe ser como cuando se da un discurso, luego de que el momento inicial pasa, la cosa empieza a moverse sola, el problema está en el primer empujón.
Suena la cortina del programa, los reflectores se concentran en el centro del estudio, la cámara enfoca a la tribuna que es arengada por un productor del show a hacer bullicio, y luego se mueve al centro del estudio, a donde los reflectores apuntan. Y allí entra ella, fragante, muy pero muy sonriente. Un locutor que la presenta y ella que hace como que le agradece. Tan sonriente que no puede ser una sonrisa real, tiene que ser una forzada, falsa.
- Hola gente bella. ¡Qué programa tenemos hoy!
Todo el staff del programa debería pensar en ese momento que el programa que tienen hoy es la misma bosta de programa que tienen todos los días. Que la producción se reune a planearlo y que le sale rápido, que trabajan desganados y la primer idea que salga es la idea que se aprueba.
Pero en el momento en que el programa se está haciendo, y que se transmite ya que es en vivo, todos son presos de una especie de éxtasis en el cual no se detienen a pensar, simplemente ejecutan su tarea de manera sincronizada para que el programa salga al aire sin dificultades.
- Tenemos de invitado a Toti Rosemberg y Pipi Brandy, líderes del movimiento igualista. ¡Hola chicos!
Unos reflectores enfocan entonces el mismo lugar por donde entró la conductora, el público vuelve a estallar, nuevamente arengada por un productor del programa, y saltan unos papelitos violeta metalizado por el aire. Entonces entran ellos muy acaramelados y sonrientes, tan bonitos que son, y saludan a Cathy con una inmensa sonrisa en la cara, esa sonrisa idiota que ponemos todos cuando somos complacientes.
- ¡Hola chicos! - dice la conductora, casi a los gritos. Pareciera tener la necesidad de gritar y de sonreir. Está maquillada como una puerta. Está eufórica.
- ¿Cómo andás Cathy?
- Bien chicos, ¡gracias! ¿Cómo andan ustedes? ¿Cómo anda este movimiento igualista?
"Anda como el orto Cathy, el movimiento igualista es una excusa para vender cerveza, es hacerte el macho cuando estás con tus amigos y convertirte en un pelotudo cuando estás en frente de una mina. Es pura inconsistencia Cathy", pensó Toti, pero no lo dijo. "Bien Cathy", se limitó a decir.
De ahí en más se quedó callado, y hablaron las mujeres. Ella tiró un par de comentarios que un machista diría que eran feministas, pero el simplemente pensaba que eran pelotudos. Tras cada uno de esos comentarios Cathy sonreía y miraba a cámara, mientras el productor arengaba nuevamente a la tribuna (una tribuna casi completamente femenina) a que festeje el mal gusto.
No habrá durado más de cinco minutos la entrevista, y por alguna especie de efecto hipnótico no se le salió de la cara esa sonrisa idiota de la cara ni por un segundo.
- ¡Suerte con el Movimiento Igualista chicos! ¡Un aplauso de la tribuna! -dijo la conductora a modo de despedida.
"Andate a mierda Cathy", pensó Toti, pero no lo dijo.
           Todo un igualista.






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