miércoles, 8 de agosto de 2012

¡Qué pelazo!


Las amigas, abonadas de la pileta, reposaban en reposeras, que para eso están, y así pasaban la vida. O por lo menos el verano ese.
- Ahí viene de nuevo - dijo una.
- ¿Quién? - dijo la otra, que tenía los ojos cerrados de cara al sol. Tuvo que hacer un esfuerzo con la vista para poder enfocar.
- Klosterboer, boluda.
- Ah, bueno... ¿Y? Si ya sabés que viene.
- Y que no me la banco, siempre con esa sonrisita.
- Jaja, bueno, no te hagás drama. Dejala vivir pobrecita.
- ¿Es una mina medio rara no?
- ¿Por?
- No sé bien qué decirte. La mina entra con el pelito tapado - la palabra pelito acompañada de un gesto formado por ambas manos alisándose el pelo, con cara de persona que mordió una semilla de limón, claramente peyorativo - y ni bien se lo destapa se empieza a poner mil productos en el pelo, que la verdad que lo tiene lindo. Pero es como si se los pusiera con miedo los productos. Como buscando que el pelo esté el menor tiempo posible expuesto al sol.
- Y bueno, ese pelo hay que cuidarlo. Lo tiene re bien. La mina vive de eso.
- Sí, está bien, ponete todos los productos que tengás ganas, pero tampoco porque esté cinco segundos, diez segundos más al sol te lo va achicharrar. No jodamos.
- Está bien, por ahí la mina piensa que sí se le va a achicharrar.
- Y por eso te digo que es medio boluda. Si tanto te quema el sol no vengás a la pileta; de una. Yo no veo que en la piel se ponga nada, si tanto le quema el pelo, el mismo sol le va a sacar ampollas si no se pone nada.
- ¿Viste que jamás se mete en la pileta?
- Viene un rato a tomar sol nada más, para estar bronceadita seguro.
- Sí, pero para eso que tome sol en la terraza de la casa.
- Jaja, por ahí no tiene terraza. Además vos tampoco te metés tanto que digamos en el agua, no te hagas la no sé qué.
- Aparte lo tiene hermoso el pelo.
- Sí, un pelazo.

Mientras tanto en el bar de la pileta el barman charlaba con el bañero. No se llevaban del todo bien. El barman era nuevo en la pileta. Pero como eran los dos varones de más o menos la misma edad, y en la pileta era un público distinto, que a ellos los dejaba un poco afuera, entonces charlaban.
- Vienen todas las famosas a esta pileta.
- ¿Ah sí?
- Si, ya vas a ir viendo. Tenés a medio elenco de la novela de la tarde. La Cardone, la Marziotta, la Gata Varela, la Kloosterboer.
- ¿Así con dos "o"?
- Sí, sí, la Klo-os-ter-bo-er.
- A la mierda.
- ¿Y qué tal?
- Y... medio fifí viste. Todo el tiempo cuidándose el pelito, poniéndose cremita, debe ser medio asquerosa la verdad. Me quedo con la Gata Varela - dijo el bañero, mirando al infinito e imaginando vaya uno a saber qué.
- Sí, pero qué pelazo.
- Qué pelazo de boluda, jate e jodé... y vos también medio huevon eh...



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